Caracas

jueves, diciembre 01, 2005

El gran demoledor

Mirar es una necesidad. Descubrir el espacio y dotarlo de sentido es una tarea esencial. Hoy miro, pero el sentido comienza a deslizarse hacia el abismo y no logro dar con él. La ciudad vestida de diciembre luce sus mejores galas. Seducida irremediablemente trato de acercarme. Un hilo descose sus faldas y al halarlo la fantasía se desvanece: Caracas no lleva su mejor atuendo, está atrapada en su mortaja. Se está cayendo a pedazos, silente, sin que nadie intente deterner lo que parece ser un destino inevitable.

Alguna vez Cabrujas se enorgulleció de pertenecer a una "ciudad de demoledores", que se reinventaba a sí misma con lujosas edificaciones que barrían la Historia como si fuese un estorbo. Durante el auge del boom petrolero, las nubes de nuestra urbe eran de cal y cemento, no de vapor espeso. Hoy seguimos deconstruyendo, solamente cambiamos los métodos: ya no es el hierro que golpea, nuestra indeferencia es el gran demoledor.